¿Tienes dolores de cabeza? ¿Te duelen las mandíbulas? Quizás sufras de bruxismo, un hábito inconsciente que consiste en apretar o rechinar los dientes. En exceso y sin tratamiento puede dar lugar a problemas importantes, incluso más allá del desgaste dental. ¿Te sientes identificado? Entonces, sigue leyendo…

Las preocupaciones, el exceso de trabajo, el estrés por llegar a todo… El cuerpo necesita liberar esta tensión y, aunque puede producirse durante el día, es por la noche cuando apretamos los dientes.

¿Qué es el bruxismo?

No todo el mundo es consciente de sufrir bruxismo. Nuestros odontólogos pueden realizarte un estudio para evaluar si padeces este problema, distinguiendo dos tipos de bruxismo: el diurno, íntimamente relacionado con el estrés, y que, aunque es difícil, es posible controlarlo; y el bruxismo nocturno, que ocurre al dormir, de forma totalmente inconsciente, y que causa alteraciones del sueño. Es imposible que la persona no lo controle por sí misma y necesite tratamiento.

Un problema a largo plazo

Aunque el bruxismo no es un trastorno peligroso, si no se corrige puede causar lesiones dentales permanentes.

Algunos de los síntomas más habituales son los dolores faciales, de oído y de cabeza al levantarse. Con el tiempo la erosión en los dientes empieza a ser significativa, sufriendo molestias y una mayor sensibilidad.

En la mayoría de los casos los pacientes con bruxismo acaban teniendo zonas planas y cantos desgastados en sus dientes, siendo fatales para la mordida.

El bruxismo también puede estar causado por trastornos del sueño, como la apnea y los ronquidos. Y a su vez, también puede contribuir a la interrupción del sueño.

¿Cómo puedo prevenirlo?

Para proteger los dientes se recomienda el uso de protectores bucales, llamadas férulas de descarga. Resulta fundamental que sean fabricadas por especialistas de manera personalizada para conseguir una perfecta adaptación a la boca. De esta manera nos aseguramos que no haya movimientos perjudiciales durante la noche

¡Llámanos y acaba con el Bruxismo!